La propiedad intelectual (entendida en sentido amplio y comprendiendo por tanto no solo los derechos de autor sino también los de marca, diseño, patente, denominaciones de origen y muchos otros), tiene como uno de sus fundamentos subyacentes la proteccion y puesta en valor del acervo cultural e innovador de un país o región. La cultura, y sus diferentes manifestaciones, con patrimonio común pero muchas veces viene impulsada por creadores, autores o titulares que merecen proteccion y una contraprestación por su innovación y aportación al acervo común; la propiedad intelectual es la herramienta para todo ello.

I. INTRODUCCIÓN: CULTURA, INNOVACIÓN Y CREATIVIDAD. Por cultura podemos entender muchas cosas, en función de la perspectiva que elijamos. Por comenzar con una concepción homogéneamente aceptada, el Diccionario de la Real Academia Española define “CULTURA” como : 1. f. cultivo. 2. f. Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico. 3. f. Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. 4. f. desus. Culto religioso. Para el cometido de este artículo, es relevante la tercera de las acepciones de este término, a saber; lo que se conoce habitualmente como acervo cultural, y aglutina tanto costumbres o hábitos tradicionales, como aquellos conocimientos de índole científica y artística que definen o caracterizan a una sociedad, civilización o época. Así, lo primero que llama la atención es que la cultura se asocia siempre con una época o grupo social, siendo por tanto un concepto cambiante y en

constante evolución. De hecho, esta realidad tiene mucha relación con la Propiedad Intelectual y su configuración como la herramienta idónea para protegerla. Y es que, desde el principio de los tiempos, los seres humanos han sentido la necesidad de manifestarse y plasmar su ingenio de forma que trascienda a su propia existencia y deje huella en la humanidad. El ejemplo más característico y primario que nos puede venir a la mente son las pinturas rupestres: en los tiempos de la prehistoria, en los que los intereses y necesidades de las individuos eran, huelga decir, muy diferentes a los de hoy en día (la vida se basaba en sobrevivir), ya se las ingeniaron para crear “óleos” mezclando los materiales que tenían disponibles (heces de animales, tierras de diferentes colores…), y plasmar en los lienzos disponibles (paredes de las cavernas o cuevas) escenas de su vida cotidiana. Estas pinturas, sea cual fuera la intención perseguida en el momento por sus creadores (lo…